La revista ALIMENTE se hacía la siguiente pregunta la semana pasada: ¿Estamos comiendo lo suficiente, pero nutriéndonos poco? La crisis de los micronutrientes
Obtener una cantidad suficiente de los nutrientes que nuestro cuerpo necesita puede parecer sencillo, pero en realidad existen muchos matices a la hora de determinar la cantidad de un nutriente que necesitamos y muchos factores diferentes, más allá de la ingesta dietética, que pueden influir en el estado nutricional como se ha planteado en en la entrada anterior en este mismo blog.
«Micronutrientes» es el término utilizado para describir las vitaminas y minerales esenciales de la dieta. Estos son nutrientes que nuestro cuerpo no puede producir y, por lo tanto, deben consumirse en la dieta. También existen varios aminoácidos (componentes básicos de las proteínas) y ácidos grasos esenciales considerados «macronutrientes» de las cuales necesitamos mayores cantidades que de los «micronutrientes», así como una serie de pequeñas moléculas dietéticas no esenciales, como los fitonutrientes, el ácido lipoico, la coenzima Q10.
¿Qué hacen los nutrientes por nosotros?
Estas son solo algunas de las importantes funciones de los nutrientes en nuestro cuerpo:
- Los nutrientes desempeñan diversas funciones, entre ellas, permitir que el cuerpo produzca enzimas, hormonas y otras sustancias necesarias para el crecimiento y el desarrollo normales.
- Son esenciales para la producción de energía: La producción de ATP (trifosfato de adenosina), la fuente de energía de las células, requiere vitaminas esenciales como la riboflavina (vitamina B2) y la niacina (vitamina B3), así como algunos nutrientes no esenciales (o condicionalmente esenciales) como el ácido lipoico y la coenzima Q10. La energía es esencial para la mayoría de las actividades celulares y, por lo tanto, su deficiencia puede provocar disfunciones y enfermedades.
- También en los procesos de construcción y reparación: Ya sea como componentes básicos (como el calcio y el magnesio en los huesos, o los aminoácidos en las diferentes proteínas, como enzimas, hormonas y neurotransmisores) o como cofactores enzimáticos (como las vitaminas D, C, K y otras para la formación ósea, y el selenio y el yodo, entre otros, para la hormona tiroidea).
- Para la síntesis y reparación del ADN: Nuestras células se dividen y renuevan continuamente, y cada vez que lo hacen, el ADN debe sintetizarse y su patrón epigenético copiarse en el nuevo ADN. Los nutrientes de metilación, como el folato y la vitamina B12, entre otros, desempeñan un papel esencial en este proceso.
- En la señalización y comunicación celular: Ciertos nutrientes, como los antioxidantes y los fitoquímicos presentes en frutas y verduras, contribuyen a la señalización y comunicación celular.
- Facilitan y regulan diversos procesos, como la inflamación y la respuesta inmunitaria, y garantizan una coordinación adecuada entre las células.
- Mantenimiento de la homeostasis celular: Los electrolitos obtenidos de los alimentos, como el sodio, el potasio y el magnesio, desempeñan un papel crucial en el mantenimiento de la homeostasis celular. Ayudan a regular el equilibrio osmótico, los impulsos nerviosos y las contracciones musculares.
Una vez optimizado el escenario para la ingesta, digestión absorción y uso de nutrientes, aparece la siguiente pregunta: ¿Puedo mejorar mi salud y bienestar presente y futuro a través del uso de suplementación?
Lo que nos encanta de la medicina funcional es que podemos aprovechar al máximo los nutrientes de los alimentos. Y contamos con las herramientas para analizar su metabolismo, por así decirlo, e identificar los niveles óptimos de consumo para cada persona, suplementando solo cuando sea necesario. Es un modelo eficaz y satisfactorio tanto para el paciente como para el profesional.
Déjate acompañar por un profesional de la salud de tu confianza.